La Emisora donde se siente, se aprende y se vive la Salsa. ¡Llegó y Pegó!

Cali es Salsa. Decirlo es casi una obviedad. Pero la Salsa en Cali es más de lo que muchos imaginan. Y eso ya no es tan obvio. Porque Cali, esta ciudad donde la Salsa es al mismo tiempo religión, trinchera, hermandad, medio de expresión y forma de vida, tiene mil formas de sentirla. Y en cada una hay una experiencia distinta para quien decide vivirla.

Para quien haya nacido aquí, al pie de las Tres Cruces y Cristo Rey, es fácil saberlo. Pero Cali es hoy un imán para miles de visitantes que llegan de Colombia y el mundo para descubrir la magia de la ‘Capital Mundial de la Salsa’. Para ellos iniciamos este proyecto, en el que tomamos como excusa la Feria de Cali 2018 para volver a caminar la ciudad en tiempo de clave.

La Ruta Secreta de la Salsa develará, de forma gradual y cada vez con más detalle, todos esos sitios, aspectos, detalles, rituales y emociones que debe conocer quien quiere conocer la cultura salsera de Cali. Tome nota: a manera de recomendación, este viaje comienza por cuatro lugares que ofrecen experiencias que usted no debe perderse. Son absolutamente imprescindibles si usted quiere presumir, o ‘chicanear’, como decimos aquí, de que estuvo bailando salsa en Cali.

Delirio
¡La Salsa de todos!

Carrera 26 # 12 – 328 Zona Industrial Yumbo – Cali

La Salsa es el ‘cemento’ que pega todos los ladrillos del alma caleña. Esa no es ninguna frase poética. Es la pura realidad. Todos los caleños, sin distinción de sexo, raza, credo religioso o condición social, están conectados por el golpe de la clave. No importa si se vive en Ciudad Jardín la zona más exclusiva del Sur, o en el Barrio Obrero, el sector más popular del Centro. Cuando la Salsa llama, todos los caleños se conectan a través de una energía mística que sacude el cuerpo y fluye por los pies. Delirio es exactamente eso: la muestra palpable de la comunión salsera que existe entre los caleños, por encima de todas las barreras.

Esa gigantesca carpa de circo es un escenario de gala donde todos rinden culto a la Salsa: desde los bailarines que aprendieron en las barriadas populares el arte de exorcizar a la muerte con sus endiablados pies, hasta los bailadores que cierran negocios al golpe del tambor. Y es, al mismo tiempo, el principal referente internacional cuando se habla de espectáculos de Salsa.

Delirio presenta un gigantesco show con más de un centenar de bailarines, orquesta en vivo, circo y espacios interactivos, lo que se traduce en una experiencia alucinante. Si usted nunca ha estado en Cali, pero es de los que no se queda sentado en la fiesta cuando suena el Cali Pachanguero, Delirio es el mejor espacio para empezar a conectarse con esta ciudad.

Pero, le advertimos: debe tener los ojos abiertos y los oídos despiertos. Porque serán demasiadas emociones delirantes para una sola noche.

La Topa Tolondra
Salsa Siglo 21

Cl. 5 #13-7, Cali, Valle del Cauca

Si la Salsa sigue viva en el Siglo 21, muchos años después de su surgimiento, es gracias a Cali. Y eso no lo dicen los caleños. Lo dicen los músicos salseros del mundo entero, entre quienes hay una consigna clara: “si pegas en Cali, pegas en cualquier lugar del mundo”.

¿Por qué lo dicen? Porque en Cali ocurre un fenómeno que desafía a la ciencia: este es el único lugar del mundo donde las leyes universales de tiempo y espacio no aplican para la Salsa. Aquí, un tema musical que fue éxito hace 30 ó 50 años en Cuba, Puerto Rico o Nueva York, surge intempestivamente como el disco que suena en todas las esquinas, fiestas, salones y ocasiones, como si acabara de lanzarse en Spotify.

¿Y por qué ocurre solo aquí? Porque cada nueva generación de caleños recibe de sus padres y abuelos la herencia sagrada de la Salsa, e inicia de nuevo el ciclo infinito de descubrir el pasado y revalorarlo en el presente.

Eso, exactamente eso, es lo que ocurre en la Topa Tolondra. Un espacio enclavado en la mítica Calle 5, que después de siete años de rumba ininterrumpida se ha posicionado como el más popular entre los salseros millenials.

La Topa es una experiencia desde su mismo nombre, que hace referencia a esa actitud desenfadada con la que a veces vamos los caleños por la vida, sin planear el próximo paso, dejando que el cuerpo se mueva espontáneamente al ritmo de la música, como en la rumba.

La Topa es un enclave para universitarios, empleados jóvenes, bailarines profesionales, bailadores aficionados, músicos y turistas extranjeros que llegan a Cali atraídos por el ‘voz a voz’ que habla de una ciudad donde es posible morir y resucitar bailando Salsa.

El Habanero
La raíz de la rumba

Calle 7A #23A-01, Alameda, Cali, Valle del Cauca

Los millenials de la Salsa en Cali no sabrían qué es la clave si sus padres y abuelos no se hubieran dado a la ardua y sabrosa tarea de incorporar el golpe del 3-2 en la vida cotidiana de esta ciudad.

Por eso, para entender las dinámicas del fenómeno de la cultura salsera en Cali, es preciso conocer primero las raíces. Y ellas, las más profundas, habitan en un microcosmos de lugares emblemáticos donde se juntan grandes colecciones de música afroantillana y grandes conocedores de la misma.

Y dentro de ese pequeño universo de los clásicos de la rumba, El Habanero es una estación imprescindible. Visitarlo es casi como entrar en una máquina del tiempo para transportarse a épocas en las que la rumba en Cali tenía otros códigos. El del respeto hacia la música, por ejemplo, que se traduce en el acto sublime de bailarla bien, con menos acrobacia, pero más cadencia, dibujando sobre la pista cada resquicio de la melodía.

Al visitar El Habanero, en el corazón del parque Alameda, uno tiene la sensación de que este lugar tiene algo de la magia que ‘Casa Blanca’ inmortalizó en el cine. Y su creador, Manolo Vergara, siempre tan impecable como Bogart, se esfuerza por mantenerla. Él, y muchos de los viejos amigos que se reúnen allí sagradamente cada semana, son auténticas biblias de los secretos de la rumba en Cali.

Por esas mismas razones, son muchos los jóvenes bailadores que llegan hasta el templo de Manolo en busca de la fuente de la sabiduría. Lo tienen claro: sin raíz no hay alas.

Museo de la Salsa
La memoria de la rumba

Carrera 11B # 24 – 44 BARRIO OBRERO Cali, Valle del Cauca.

Alucinante. No hay otra forma de describir el templo que el fotógrafo Carlos Molina creó en el mítico barrio Obrero de Cali. Durante más de medio siglo, Carlos se dedicó religiosamente a disfrutar de sus dos grandes obsesiones: bailar salsa y fotografiar a todos los artistas del género que llegaban a Cali. El resultado de esa locura fue una colección de imágenes que ni él mismo se atreve a calcular en número, pero que bien podría superar los 100.000 fotogramas si se hace el cálculo de la edad de Carlos, por el número de días que dedicaba a su tarea, más la cantidad de artistas salseros que visitan cada año a Cali, menos la cantidad de botellas de aguardiente que todos dieron de baja en largas noches de bohemia… sencillamente imposible saberlo.

Con una mínima parte de todo ese material fotográfico, Carlos vistió las paredes de su casa, luego construyó una pista de baile y abrió las puertas del Museo de la Salsa, que hoy dirige su hijo, Carlos Jr. Por eso, al entrar, inevitablemente al visitante lo posee el asombro.

En realidad, más que el número, lo que importa al visitar el Museo es la cantidad de historias, leyendas y conversaciones que surgen en torno a esas fotografías, porque todas ellas fueron tomadas en lugares de Cali, y de ellas se desprende información insospechada sobre la evolución de la cultura salsera caleña.

El Museo es, ante todo, un espacio cultural, pero por su naturaleza no podría estar desligado de la rumba. Y bailar allí es un acto sublime que se ejecuta a la vista de los dioses. Desde las paredes, los ojos de Daniel Santos, Celia Cruz, Celio González, Jhonny Pacheco, Eddie Palmieri, Jairo Varela y tantas otras leyendas de la música afrocaribeña, miran complacientes. El ritual sagrado del cuerpo que se calcina en el fuego de la Salsa es solo para ellos.

Fuente: elpais.com.co