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En 1928, cuando Quique tenía 16 años, su familia se trasladó a Ponce, Puerto Rico y Quique comenzó a trabajar como mecánico de automóviles y comenzó a tocar la guitarra.,
En 1932, Quique conoció a Angélica Quiñones, la futura madre de sus hijos, Zulma, Papo y Wanda.
En 1944, Quique reunió una banda llamada El Conjunto Internacional, en el que tocó la guitarra y cantó segunda voz. Más tarde, Antonio «Tato» Santaella se unió como bongocero.
El 10 de abril de 1946, nació Enrique Lucca Jr. («Papo») quien más tarde se convertiría en el director musical de «La Sonora». De hecho, en 1951, Papo sorprendió a su padre y a los demás miembros de la banda «Internacional», cuando, con sólo 5 años de edad, se unió a una práctica de la banda y comenzó a tocar la tumbadora al compás del tema Ran Kan Kan de Tito Puente.
En 1954, de las cenizas de su banda anterior, Conjunto Internacional (también conocida como Orquesta Internacional), Quique fundó la Sonora Ponceña. El concepto de tener una sección de metales formada íntegramente por trompetas se le prestó a uno de los grupos cubanos favoritos de Quique, La Sonora Matancera, así como la idea para el nombre de la nueva banda. Al incorporar el nombre de su ciudad natal de Ponce, Puerto Rico, no sólo estaba mostrando orgullo para su pequeño pueblo en la costa sur de la isla, también estaba haciendo una declaración audaz sobre el lugar de esta banda puertorriqueña en el linaje de la historia musical afrocubana.
El ingrediente, no tan secreto, era hijo de Quique, Enrique «Papo» Lucca Jr., un niño prodigio que, a la edad de seis años, comenzó a estudiar diversos instrumentos y teoría de la música en la Escuela Libre de Música. Su padre le vio un gran potencial a él y fomentó su talento con clases particulares del pianista Ramón Fernández.
Papo grabaría su primer solo de piano a la edad de doce años como artista invitado con La Sonora Ponceña mientras fueron la banda de acompañamiento de los cantantes populares, Felipe Rodríguez y Davilita, en el álbum Al compás de las Sonoras. Dos años más tarde, se integró a la banda como miembro de tiempo completo.
Los dos primeros discos de La Sonora Ponceña, Hacherso Pa’ un Palo (1968) y Fuego en el 23 (1969), fueron rotundos éxitos y establecieron un sonido potente basado alrededor del piano virtuoso de su líder Papo Lucca.
Después de una pausa de dos años, Papo y su banda regresaron con una venganza. Fue un momento fuerte en la primera fase de la larga historia de la banda, ya que grabarían cuatro álbumes entre 1971 y ’72, trabajando principalmente en Nueva York con el productor Larry Harlow.
En 1960, la Sonora Ponceña fue a la Ciudad de Nueva York, donde se presentaron en el Centro de Manhattan y el Teatro Puerto Rico con críticas muy favorables. Papo se destacó ante las audiencias americanas. Alrededor de este tiempo, se vio expuesto al jazz y decidió continuar su educación en el Conservatorio de Música de Puerto Rico. Perfeccionó su habilidad para mezclar moñas de piano al estilo cubano con un enfoque jazzista. Fue una ruptura significativa con el estilo tradicional de Puerto Rico de la época cuando el piano funcionaba más como un instrumento de ritmo constante y menos como un instrumento expresivo. Sería esta combinación exitosa de estilos que conseguía hacer adelantarse el saoco y llegó a ser un ingrediente esencial para el sonido de la Sonora Ponceña.
Para 1968, Papo había asumido el cargo de director musical de la banda, mientras que su padre se mantuvo como el director general, y pronto firmó un acuerdo con Inca Records; una asociación que duró por más de treinta álbumes.
El grupo estaba ganándose mucho impulso para cuando hicieron su tercer álbum: Algo de Locura. Al igual que con sus primeras grabaciones, el sonido era crudo, una mezcla de estilos de la vieja escuela con un toque de improvisación. Las secciones de trompeta y de ritmo formaron una máquina bien engrasada, mientras que los cantantes principales, Luis Guillermo «Luigui» Texidor Ortiz y Humberto «Tito» Gómez, pisaron con mucha destreza la línea entre la irreverencia juvenil y el respeto por el pasado.
Larry Harlow no tenía idea de quién era la Sonora Ponceña cuando entró como productor. «Esa fue una de mis primeras producciones,» dijo, «y yo fue más o menos asignado a ella por Jerry Masucci.»

Hasta hoy, la Sonora Ponceña sigue realizando los exitos, 60 años desde que fue formada por don Quique Lucca.

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