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En la década de los 80, el merengue y la salsa romántica se convierten en protagonistas del mundo latino. A pesar de esto, Ray Barretto se mantuvo en la vanguardia haciendo varias producciones de salsa dura, como Fuerza Gigante, El Ritmo de la Vida, Tremendo Trío, Todo se va a Poder, Aquí se puede, Ritmo en el Corazón, Irresistible y Soy dichoso. Todos estos discos son maravillosos, con una gama de cantantes como Ray de la Paz, Adalberto Santiago, Celia Cruz, el Grande de Panamá, Cali Alemán; figuras como Jimmy Bosch, Ricky González, Jimmy Delgado, Salvador Cuevas y muchas más estrellas. En 1988, Ray Barretto gana un Grammy como mejor álbum tropical junto a Celia Cruz, con la producción Ritmo en el Corazón. Este premio fue más por un reconocimiento a su carrera, ya que, honestamente, como conocedor de la obra de Ray Barretto, considero que el disco que merecía un Grammy fue Rican/Struction, grabado por él en 1979.

Ray Barretto se despide del mundo de la salsa con el disco Soy dichoso, en donde incluye un tema de su autoría titulado Díganme la hora. En este tema, él, personalmente, en medio de la canción le da las gracias a todos los músicos, productores y arreglistas que lo ayudaron durante toda su carrera, con estas palabras: “Allí llegamos con swing. Vámonos con swing”. Ray Barreto no quería verse en una situación decadente, ya que se sentía forzado por el mundo comercial, a grabar música para vender, con letras de amor y ritmos computarizados, el sabor se estaba perdiendo y no se visualizaba en ese ambiente. En 1991, Ray regresa al mundo del jazz, funda New World Spirit, un sexteto de jazz latino, con el que recorrería los festivales más importantes del mundo manteniendo sus raíces latinas y proponiendo un sonido fresco y valiente.
Así logra crear un sonido en este ambiente y lucha para ser reconocido en el mundo del jazz. Con este formato graba diez CD. En esta última etapa de su vida recibió múltiples reconocimientos. Se reunió para tocar en el 30 aniversario de la Fania All Stars, siendo la última gira con esta agrupación. Ray se preocupaba porque la gente lo apreciara en esta nueva etapa como jazzista. Gracias a su fama de ser el conguero más famoso de la salsa, la mayoría del público que asistía a sus conciertos quería verlo tocar salsa. A veces, alguien del público le gritaba quítate la máscara, Barretto, y él se molestaba y le pedía a la audiencia que le escuchara en esta nueva etapa. Ray seguía adelante, pero, sin saberlo, era una leyenda y, a pesar de su lucha por imponer su nueva etapa, no era necesario, ya que el mundo lo reconocía, especialmente, los latinos y los salseros del planeta.
FUENTE: LOS MEJORESSALSEROSDELMUNDO